Río 2016: comienza la fiesta de las primeras Olimpiadas de Sudamérica con la ceremonia de inauguración en el Maracaná
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¡Río 2016 ya está en marcha!
La ceremonia inaugural de los primeros Juegos Olímpicos en América del Sur inició este viernes, con toda la música, la alegría y el colorido que caracteriza a la nación anfitriona, Brasil.
Unos 11.400 atletas de 205 países participarán en las 42 competencias deportivas que se celebran desde este 5 de agosto y hasta el próximo día 21.
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El mítico estadio Maracaná recibe a 80.000 asistentes y 40 jefes de Estado y cancilleres, en una fiesta que espera alcanzar a unas 3.000 millones de personas en las transmisiones televisivas de todo el mundo.
Pero tras el telón también hay un ambiente de enojo social en el que muchos brasileños ven la Olimpiada como una carga en lugar de una fiesta.
A las disputas políticas por la presidencia -hay dos presidentes en este momento-, se suma una economía en recesión y escándalos de corrupciónque han golpeado a los Juegos.
Y eso se dejó sentir en los primeros momentos de la inauguración. El corresponsal de BBC Mundo en Brasil, Gerardo Lissardy, señaló que "se presentó al presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, pero ni mencionaron a Michel Temer, presidente interino del país.
Según los medios brasileños, el propio presidente pidió que fuera así para evitar posibles abucheos que alteraran el protocolo, señaló Lissardy.
El despliegue de seguridad, con 90.000 efectivos de seguridad en las sedes olímpicas, será puesto a prueba durante 19 días en una ciudad que ha visto el aumento de la violencia en los últimos meses.
Parte del descontento social se ha visto con el paso de la antorcha olímpica este viernes por las calles de Río.
Walter Alves, de 27 años, un estudiante de Historia y profesor, abucheó la antorcha pues dijo que las Olimpiadas estaban "organizadas para las multinacionales" y son "una vergüenza" para Brasil.
"Fue un momento de catarsis, intentar sacar esa voz que está hace tanto tiempo silenciada", le dijo a BBC Mundo.
"Desde inicios del siglo XX no se removían tantos (habitantes de la ciudad) como ocurrió en Río de Janeiro con los elefantes blancos de las Olimpiadas, las obras con sobrecostos, el transporte público… Hoy la ciudad está vacía por esto, no funciona por esto".
Por el contrario, Sueli de Barros, una mujer jubiladade 58 años, estuvo aguardando con entusiasmo el pasaje de la antorcha con una silla plegable.
"Es un momento único para Brasil, la primera Olimpiada en América del Sur, y me parece importante: es un honor recibir los Juegos", dijo.
"Hay problemas internos en Brasil, pero están haciendo una confusión muy grande entre nuestros problemas internos y los Juegos".
A su vez, Jefferson da Silva, un enfermero de 53 años, también consideró "un privilegio para los brasileños" el ser anfitriones olímpicos.
Confió en que es una gran oportunidad para el país: "estamos pasando una situación difícil en el país. Vine a dar ánimo y expectativa de un futuro mejor".